La musique de ma pensée

Y es así como comienza el primer compás de una gran sinfonía.

Funestas melodías pugnan por salir a danzar a la luz de la luna, pero la mano maestra escoge los arpegios y escalas adecuados para que no se transforma esto en un Réquiem, sino en una Suite para que monarcas, burgueses, caballeros, clérigos, escuderos, vagabundos, ángeles y demonios salgan a danzar la música de la discordia, de al confusión, que en estos tiempo, es la música del pensamiento vago y opaco.

Así pues se resume el pensar de una persona que se enreda en abstracciones para no decir la verdad del devenir, pues teme que si gritarlo a los cuatro vientos, intervenga la consumación del espíritu fugitivo.